Título: Fragmentos de honor
Título original: Shards of Honor
Autora: Lois McMaster Bujold
Género: Ciencia-ficción
Año de publicación original: 1986
Fecha de esta edición: 2003
Editorial: Ediciones B
ISBN: 84-666-1100-2
Precedido por: En caída libre
Precedido por: En caída libre
270 páginas
Sinopsis de la contracubierta
Estaba en el lugar equivocado, en el momento equivocado y por las razones equivocadas. Cordelia Naismith, de la Fuerza Expedicionaria Betana, llevaba incluso el uniforme equivocado: sin saberlo había entrado en batalla vistiendo el viejo uniforme pardo del equipo científico de Exploración Astronómica. Su encuentro con Aral Vorkosigan, el poderoso y temido Vor, apodado "el carnicero de Komarr", solo podía deberse a una de esas complejas intrigas, tan sórdidas y abundantes en la militarizada sociedad de Barrayar...
"—Soy el capitán Aral Vorkosigan, al mando del crucero de guerra imperial General Vorkraft [...]
—Comandante Cordelia Naismith. Exploración Astronómica Betana"
—Comandante Cordelia Naismith. Exploración Astronómica Betana"
Fragmentos de honor es la primera novela que publicó Lois McMaster Bujold. Situada un tiempo antes de que Miles apareciera en escena, muestra el primer encuentro entre los padres de este: Aral Vorkosigan y Cordelia Naismith, dos personajes que acaban participando en los bandos opuestos de una guerra.
Como he comentado anteriormente, estoy publicando las reseñas de esta saga en el orden en que la leí, que no fue el de publicación, sino el de la cronología interna, con la diferencia de que empecé por El aprendiz de guerrero e hice un paréntesis que me llevó al pasado entre Hermanos de armas y Danza de espejos. Pese a la ausencia del joven Vorkosigan, esta historia ofrece ameno entretenimiento y el esclarecimiento de algunos hechos sobre los que, hasta lo que había leído, tan solo se habían hecho breves referencias.
Cordelia Naismith es una comandante enviada por Colonia Beta que está explorando un planeta habitable recientemente descubierto. Al notar que algo va mal, regresa a su campamento, lugar que ha sido víctima de un ataque. Los betanos supervivientes que la acompañaban, a excepción del alférez Dubauer, logran escapar, pero ella se ve obligada a quedarse. Eso la conducirá a formar equipo con un oficial barrayarés de siniestra reputación que, para su sorpresa, ha sido víctima de un motín.
Fragmentos de honor está narrada en pasado y tercera persona desde el punto de vista de Cordelia Naismith, futura madre de Miles Vorkosigan. Aunque en las novelas de Miles Vorkosigan que había leido antes de esta no le había prestado mucha atención, más allá de los comentarios que se hacen sobre su relación con Barrayar y algunas de sus peculiaridades, aquí he tenido ocasión de conocerla más a fondo y ver a un personaje más interesante. Sus vivencias tienen menos humor y más drama que las de su hijo, pero igualmente suponen una lectura entretenida, sin pretensiones. No obstante, no faltan traiciones y estrategias ocultas contadas con la clara pluma de Bujold. Personalmente, la parte más divertida de la novela se encuentra en Colonia Beta, planeta que visitamos por fin en este volumen, aunque tampoco se explora en exceso.
Uno de los puntos de interés de esta novela era el primer encuentro entre Cordelia y Aral, ya que tenía curiosidad por saber cómo se resolvería algo que acabaría provocando la concepción de Miles. Es entrañable cómo su relación va evolucionando, aunque me pareció un poco precipitada su aproximación, la manera en que empiezan a sentir algo por el otro. No obstante, también es verdad que viven bastantes experiencias juntos y, especialmente Aral, ha crecido en una cultura con una mentalidad bastante... rígida.
Pese a la reputación que persigue al barrayarés, es un hombre distinto a lo que ella esperaba. Esta novela también ayuda a conocer el pasado de cada uno, y hace ver a los padres del futuro almirante Naismith de otra manera, desde una nueva perspectiva: aquí no son los personajes poderosos de otros libros, sino dos personas que se ven envueltas en grandes complots y cuya supervivencia no está asegurada. El hecho de no participar en el mismo bando de una guerra solo complica las cosas.
El sargento Bothari, personaje de El aprendiz de guerrero, también hace aquí acto de presencia. En comparación con el recuerdo que tenía de él, me ha parecido un personaje mucho más complejo tras la lectura de esta novela, atormentado y con grandes problemas. Debo añadir que es divertido ver a un joven Simon Illyan que no quita ojo a Aral Vorkosigan, pero a quien empecé a prestar más atención fue al oficial Koudelka, ya que tiene cierto peso en otros libros.
En cuanto a los enemigos, es posible que aquí aparezcan algunos de los más retorcidos en comparación a los que habíamos visto en las aventuras de Miles hasta ahora. Sirven, además, para hacerse un retrato más completo de la vida de algunos y la situación barrayaresa.
En conclusión, Fragmentos de honor es una novela entretenida que engancha, con bastantes personajes conocidos pero décadas más jóvenes. La parte más romántica tal vez no sea, en mi opinión, lo mejor, pero las interacciones que mantienen Cordelia y Aral son entrañables, y los conflictos que tienen lugar mantienen la atención de los lectores. Una lectura poco complicada que hace ver a los padres de Miles Vorkosigan de otra manera, más cercanos y jóvenes que nunca.
Fragmentos de honor está narrada en pasado y tercera persona desde el punto de vista de Cordelia Naismith, futura madre de Miles Vorkosigan. Aunque en las novelas de Miles Vorkosigan que había leido antes de esta no le había prestado mucha atención, más allá de los comentarios que se hacen sobre su relación con Barrayar y algunas de sus peculiaridades, aquí he tenido ocasión de conocerla más a fondo y ver a un personaje más interesante. Sus vivencias tienen menos humor y más drama que las de su hijo, pero igualmente suponen una lectura entretenida, sin pretensiones. No obstante, no faltan traiciones y estrategias ocultas contadas con la clara pluma de Bujold. Personalmente, la parte más divertida de la novela se encuentra en Colonia Beta, planeta que visitamos por fin en este volumen, aunque tampoco se explora en exceso.
Uno de los puntos de interés de esta novela era el primer encuentro entre Cordelia y Aral, ya que tenía curiosidad por saber cómo se resolvería algo que acabaría provocando la concepción de Miles. Es entrañable cómo su relación va evolucionando, aunque me pareció un poco precipitada su aproximación, la manera en que empiezan a sentir algo por el otro. No obstante, también es verdad que viven bastantes experiencias juntos y, especialmente Aral, ha crecido en una cultura con una mentalidad bastante... rígida.
Pese a la reputación que persigue al barrayarés, es un hombre distinto a lo que ella esperaba. Esta novela también ayuda a conocer el pasado de cada uno, y hace ver a los padres del futuro almirante Naismith de otra manera, desde una nueva perspectiva: aquí no son los personajes poderosos de otros libros, sino dos personas que se ven envueltas en grandes complots y cuya supervivencia no está asegurada. El hecho de no participar en el mismo bando de una guerra solo complica las cosas.
El sargento Bothari, personaje de El aprendiz de guerrero, también hace aquí acto de presencia. En comparación con el recuerdo que tenía de él, me ha parecido un personaje mucho más complejo tras la lectura de esta novela, atormentado y con grandes problemas. Debo añadir que es divertido ver a un joven Simon Illyan que no quita ojo a Aral Vorkosigan, pero a quien empecé a prestar más atención fue al oficial Koudelka, ya que tiene cierto peso en otros libros.
En cuanto a los enemigos, es posible que aquí aparezcan algunos de los más retorcidos en comparación a los que habíamos visto en las aventuras de Miles hasta ahora. Sirven, además, para hacerse un retrato más completo de la vida de algunos y la situación barrayaresa.
En conclusión, Fragmentos de honor es una novela entretenida que engancha, con bastantes personajes conocidos pero décadas más jóvenes. La parte más romántica tal vez no sea, en mi opinión, lo mejor, pero las interacciones que mantienen Cordelia y Aral son entrañables, y los conflictos que tienen lugar mantienen la atención de los lectores. Una lectura poco complicada que hace ver a los padres de Miles Vorkosigan de otra manera, más cercanos y jóvenes que nunca.
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