Nickrar_Dopi rema en una góndola de Cambridge, su cara muestra la alegría que le produce el viaje |
A petición del compañero Lestat_Alber, del gran foro starwarsero SWMadrid, me dispongo a reseñar este pequeño cómic que viene con la edición de noviembre de la revista inglesa Star Wars: The Clone Wars, la cual compré en el aeropuerto de Londres el día que volví de Inglaterra. ¡Menudo golpe de suerte! Así, de paso, utilizo el cómic y la revista (¡y el muñeco inflable de R2 que incluía) como excusa para contaros mi divertido y didáctico viaje al Reino Unido, ya que, si quiero relataros desde el principio cómo lo conseguí, tendré que remontarme hasta que el avión despegó a las 7 y pico de la mañana (sin contar las horas que pasamos esperando en el aerouerto, ese día me levanté a las 4...) el domingo 23 de octubre... porque no lo adquirí hasta una hora antes de regresar a España el día 29.
En vez de altas horas de la noche, esto eran bajas horas de la mañana... ¡y el primer avión en el que me montaba! |
Creo que es un mitoeso de que los ingleses comen mal, nosotros estuvimos muy bien alimentados.
El día transcurría así: nos levantábamos con tiempo, desayunábamos a las 8 (en nuestro caso leche con cereales, zumo, una especie de croissant...), íbamos a una clase especializada en dar inglés a extranjeros (jeje, la parte más aburrida del viaje), después de un pequeño descanso dábamos otra clase y comíamos (una comida frugal, que se parecía más bien a un almuerzo "fuerte"), después tocaba la clase/actividad de la tarde, y entre las 5 y las 7 y pico cenábamos, y como plato fuerte del día inglés que era, la comida acababa salíendonos por las orejas.
Lo que tienen los otros países es que la televisión acaba auna hora decente, así que la gente se acuesta a una hora decente y duerme más. Quizá deberíamos aprender de sus horarios...
Una residencia universitaria de Cambridge |
En el penúltimo piso hay alguien que no se da cuenta de que está siendo observado... |
Nickrar_Dopi está feliz y contento posando junto a monumentos emblemáticos británicos...
En definitiva, un viaje en el que compré una cantidad ingente de imancitos para la nevera y que encima, el último día, la última hora en el país, di con la revista de Star Wars y su R2-D2 inflable. Además de tener información reciente de la 4ª temporada de The Clone Wars, juegos y concursos, incluía el siguiente mini-cómic:
Título: The only good clanker
Guión: Robin Etherington
Dibujo: Will Sliney
Color: Digikore
Letras: Andrew James
Editorial: Titan Magazines
Año de impresión: 2011
Año de impresión: 2011
8 páginas
Color
Color
Este cómic no es precisamente una maravilla ni una obra maestra, pero supone una lectura ligera y entretenida (tuve ocasión de comprobarlo en el viaje de vuelta del Reino Unido).
Los personajes están definidos decentemente (al menos se reconoce a los protagonistas de la serie), se nota que han pasado más tiempo elaborándolos, debido a su importancia, que a los fondos, bastante más pobres.
El diseño es, en general, correcto para un cómic mensual, mi principal queja radica en el cazarrecompensas de la misteriosa especie chiss, que parece más bien un villano cutre de cómic de superhéroes americano. El diseño más original es, en mi opinión, el del ex-droide de combate Coppertop, cuyo carisma eclipsa a los demás.
Y esto último que he dicho se relaciona con el guión, el cual no destaca por su calidad, pero cuya idea central es muy interesante, lástima que el cómic sea tan corto que no le dé tiempo a desarrollarse.
¿Por qué es una idea interesante? Porque, trs un batalla contra los Separatistas por el planeta Bogoa, el Comandante Cody encuentra a un roide de combate atendiendo a un clon herido. Este droide muestra ser inofensivo, y explica al General Kenobi y los clones de la legión 212 sus curiosos protocolos (vivir libres, proteger a los débiles, rescatar heridos), lo cual interesa tanto a ellos como a Ventress y su acompañante. Así, tras que el customizado Coppertop les contara que la "Orden 99" le apagó y, tras una batalla, se reactivó con esa programación, comienza una batalla por el androide... la cual acaba con la entrega de éste, por decisión propia, a la lacaya de Dooku... y su sorprendente "suicidio", si se puede aplicar a un robot.
Al final, la Orden 99 resulta ser un experimento de Sidious que funcionó a la perfección, y cuya explicación al suicidio de la máquina por parte del Lord Sith es "¿Qué es un droide, sino un clon con nombre diferente? Construido, no concebido... pero ambos con herramientas programadas". Interesante paralelismo con la Orden 66, "instrucción" programada en los clones, que no es más que dos 9 invertidos. Pero que, como se está viendo en la nueva temporada y también en el cómic, tanto clones como droides pueden saltarse su "programación" y actuar libremente, siguiendo su propio código y reaccionando diferente a como lo harían otros, de forma individual.
Bueno, quizá haya hurgado demasiado en algo que no va tan allá. Pero creo que por ahí van los tiros.
Aquí acaban mi crónica y mi reseña. Próximamente, intentaré traer cosas nuevas compradas en el Salón del Manga de Valencia. Tal vez nos encontremos por allí el 26 de noviembre...
Saludos ;)
Los personajes están definidos decentemente (al menos se reconoce a los protagonistas de la serie), se nota que han pasado más tiempo elaborándolos, debido a su importancia, que a los fondos, bastante más pobres.
El diseño es, en general, correcto para un cómic mensual, mi principal queja radica en el cazarrecompensas de la misteriosa especie chiss, que parece más bien un villano cutre de cómic de superhéroes americano. El diseño más original es, en mi opinión, el del ex-droide de combate Coppertop, cuyo carisma eclipsa a los demás.
Y esto último que he dicho se relaciona con el guión, el cual no destaca por su calidad, pero cuya idea central es muy interesante, lástima que el cómic sea tan corto que no le dé tiempo a desarrollarse.
¿Por qué es una idea interesante? Porque, trs un batalla contra los Separatistas por el planeta Bogoa, el Comandante Cody encuentra a un roide de combate atendiendo a un clon herido. Este droide muestra ser inofensivo, y explica al General Kenobi y los clones de la legión 212 sus curiosos protocolos (vivir libres, proteger a los débiles, rescatar heridos), lo cual interesa tanto a ellos como a Ventress y su acompañante. Así, tras que el customizado Coppertop les contara que la "Orden 99" le apagó y, tras una batalla, se reactivó con esa programación, comienza una batalla por el androide... la cual acaba con la entrega de éste, por decisión propia, a la lacaya de Dooku... y su sorprendente "suicidio", si se puede aplicar a un robot.
Al final, la Orden 99 resulta ser un experimento de Sidious que funcionó a la perfección, y cuya explicación al suicidio de la máquina por parte del Lord Sith es "¿Qué es un droide, sino un clon con nombre diferente? Construido, no concebido... pero ambos con herramientas programadas". Interesante paralelismo con la Orden 66, "instrucción" programada en los clones, que no es más que dos 9 invertidos. Pero que, como se está viendo en la nueva temporada y también en el cómic, tanto clones como droides pueden saltarse su "programación" y actuar libremente, siguiendo su propio código y reaccionando diferente a como lo harían otros, de forma individual.
Bueno, quizá haya hurgado demasiado en algo que no va tan allá. Pero creo que por ahí van los tiros.
Aquí acaban mi crónica y mi reseña. Próximamente, intentaré traer cosas nuevas compradas en el Salón del Manga de Valencia. Tal vez nos encontremos por allí el 26 de noviembre...
Saludos ;)