¡Bien! Es una alegría que Eduardo Mendoza haya ganado el Premio Planeta, antaño un prestigioso premo, hoy en día... digamos que no tanto.
Esta novela nos ofrece una interesante historia en la peligrosa Madrid de 1936, cuando todavía estaba la República al mando, poco antes del golpe de estado. Sin embargo, no es tan liosa ni tan densa como La aventura del tocador de señoras, ni tan hilarante como ésa, El último trayecto de Horacio Dos o Sin noticias de Gurb.
Pero la ventaja que tienen sus libros es que, si no están muy bien, te gustan igualmente.
He iniciado el año con este libro, y aunque me ha gustado, no lo ha hecho tanto como los otros.No sé si he sido yo, que lo había idealizado, o que no estaba al nivel de, por ejemplo, los anteriormente mencionados...
De todas formas, me ha entretenido y me alegro de haberlo leído.
El lenguaje no es tan "complicado" como en la penúltima novela de Mendoza que leí y cuyas impresiones publiqué aquí (La aventura del tocador de señoras). Y me ha sorprendido que esté narrada íntegramente en 3ª persona. Hasta ahora, sólo había leído con esta perspectiva y del autor La verdad sobre el caso Savolta, y a ratos.
La historia trata sobre Anthony Whitelands, un personaje que viaja al Madrid de 1976 desde Inglaterra para valorar los cuadros de una familia. Sin querer, acaba mezclado en una trama de espionaje y contraespinaje, entre falangistas y futuros golpistas...
Tiene ciertos toques de humor, pero éste no predomina como en sus otros libros. Tampoco es tan lioso como esos... y se echa un poco en falta.
Sinceramente, no es lo mejor que he leído del autor. Pero es superior a lo mejor que han escrito otros... jeje.
Saludos;)
PD: 20 de febrero, ¡2º aniversario de La Hora Falsa!
Hola
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Pau