Cetaganda

Título: Cetaganda

Título original: Cetaganda

Autora: Lois McMaster Bujold

Género: Ciencia-ficción

Año de publicación original: 1996

 Fecha de esta edición: 1996

Editorial: Ediciones B

ISBN: 84-406-6715-9

Precedido por: El juego de los Vor
Sucedido por: Ethan de Athos
Saga: Miles Vorkosigan

310 páginas

Sinopsis de la contracubierta

Gracias a la ingeniería genética, el imperio de Cetaganda está regido por dos clases hegemónicas: los imperiales haut y los militares ghem, que recuerdan en cierta forma a los samurais y shoguns del Japón clásico. Como representantes diplomáticos del imperio de Barrayar, Miles y su primo Ivan han de asistir al funeral de la recientemente fallecida emperatriz del imperio de Cetaganda.

En un entorno social ajeno y extraño, Miles se involucra (digamos que involuntariamente...) en la política interna de Cetaganda. Deberá actuar con la inteligencia de un experto detective y con la paranoica habilidad de un consumado espía para resolver un misterioso asesinato y, en definitiva, anular un complot que amenaza la continuidad de todo el programa genético de Cetaganda y cuyas consecuencias también pueden perjudicar a Barrayar.

"Miles, hace solo dos días y medio que estamos aquí, ¿cómo es posible que el futuro del imperio cetagandano esté en nuestras manos?"

Continúo con mi labor de reseñar la estupenda saga de Miles Vorkosigan de una manera que respete todo lo posible la cronología interna, independientemente del orden de publicación, pero que también aproveche el disfrute de este universo lo mejor que se pueda.

En esta ocasión, os hablaré de Cetaganda,  una historia emplazada en el imperio del mismo nombre, eterno rival del de Barrayar. Esta historia, con algunos tintes policíacos, no es la favorita de los fans, cosa que en parte entiendo. No obstante, no deja de ser un relato entretenido y ameno sobre el que me explayaré a continuación.

Miles Vorkosigan acude, junto a su primo Ivan Vorpatril, al funeral de la madre del emperador de Cetaganda en representación de Barrayar. Las relaciones entre barrayaranos y cetagandanos siempre han sido tensas, pero eso no impide que ahora traten de ser cordiales. Sin embargo, el asunto se complica cuando los dos jóvenes llegan al imperio rival y aterrizan en medio de un misterioso ataque que provoca que un enigmático objeto acabe en manos de Miles. Este, tan cabezota como es, en vez de correr a denunciar el hecho, actuará de manera que la situación se resuelva... como más le guste. Lo cual provocará alguna jaqueca a más de uno.

Esta aventura, narrada en pasado y tercera persona, vuelve a hacernos ver la historia desde el punto de vista de Miles. En esta ocasión, podemos explorar un poco más su relación con su primo Ivan, a quien vimos unas cuantas veces en El juego de los Vor y que aquí se mete en más de un lío con divertidos resultados. 

Vorkosigan se involucra más de lo estrictamente necesario en los asuntos cetagandanos después de tener un encuentro con la haut Rian, de quien queda prendado, por lo que tratará de desentrañar un complot que no solo afectaría al imperio de Cetaganda sino que también perjudicaría a Barrayar. Utilizando sus dotes detectivescas, tratará de resolver con sus particulares métodos (cuyo resultado suele ser no caerle particularmente bien a este o a aquel otro) esta espinosa cuestión...

No es precisamente la novela con la que más disfruté de este personaje, pero es cierto que el misterio policíaco es interesante. Sin abandonar su sentido del humor, se nos presentan nuevos personajes, siempre con sus peculiaridades y divertidas reacciones cuando Miles les saca de quicio. Pero, probablemente, lo más elaborado de esta aventura sea la sociedad que Bujold ilustra, por fin, en este libro: el imperio cetagandano había estado presente de una manera u otra en las otras novelas, pero nunca habíamos llegado a visitarlo. Aquí vemos que la organización de las castas y el peso de la genética conforman una jerarquía extraña pero con sus razones de ser, con independencia de que estemos de acuerdo con ellas o no.

El estilo sigue siendo claro y directo y el ritmo no decae, aunque me dejó la sensación de que no es la historia más redonda de Miles. Aun así, se deja leer con facilidad e incluso se hace referencia a algún detalle de la siguiente novela de la cronología interna, Ethan de Athos.

En conclusión, probablemente Cetaganda no se convierta en vuestra novela favorita protagonizada por Miles, pero ofrece un misterio que querréis que se resuelva y los personajes no pierden su chispa a la hora de interactuar entre ellos. Además, tenemos ocasión de ver una vez más lo inteligente que puede (no) ser Miles. Los entresijos de la sociedad cetagandana es otro de los puntos fuertes, y el final... tiene su gracia. 

¡Saludos! :D