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viernes, 27 de junio de 2014

No confíes en Peter Pan

Título: No confíes en Peter Pan
Título original: Peter Pan must die
Autor: John Verdon
Género: Policíaca
Año de publicación original: 2013
 Fecha de esta edición: 2013
Editorial: Roca Editorial
ISBN: 978-84-9918-625-2
Saga: Dave Gurney
Precedido por: Deja en paz al diablo
519 páginas

Sinopsis de la contraportada
Han pasado cuatro meses desde que David Gurney resolvió el caso del Buen Pastor y las consecuencias han sido terribles: se perdieron vidas y hubo carreras profesionales afectadas. 
Uno de los que más ha sufrido ha sido Jack Hardwick, que violó la normativa por ayudar a Gurney. Los superiores de Hardwick pensaron que despidiéndole arreglaban todos sus problemas. En realidad, se buscaron un enemigo acérrimo. 
Ahora, Hardwick se propone demostrar la ineptitud de sus antiguos jefes presentando pruebas que sirvan para revisar algunas condenas muy sonadas. Empieza con el caso Spalter, un rico empresario y promotor asesinado en el funeral de su madre. Su infiel esposa Kay fue condenada a cadena perpetua, pero Hardwick está seguro de que a la mujer le hizo la cama un detective corrupto y quiere que Gurney le ayude a probarlo.
"Si Gurney hubiera sido la clase de persona que cree en presagios, habría dicho que aquella imagen hecha añicos era una señal de toda la destrucción que se avecinaba"

Después de tanto tiempo, ¡ya era hora de volver a ver al retirado vdetective Gurney por aquí! Quien, pese a no ser policía desde hace tiempo, siempre se las acaba apañando para verse envuelto en un caso.

Durante Deja en paz al diablo se arriesgaron vidas y carreras profesionales. La trayectoria de Jack Hardwick se vio perjudicada y el agente dejó de pertenecer al Cuerpo de Policía. Como no podía ser de otra manera, el hombre está decidido a vengarse de sus antiguos jefes y, para ello, recurre a la ayuda de David Gurney, consciente de que le debe un favor. La tarea que tienen por delante es, en apariencia, sencilla: deben encontrar elementos para que revoquen una condena cuyo juicio previo estuvo plagado de irregularidades. La víctima del caso fue Carl Spalter, rico, carismático e influyente personaje, y su mujer la principal sospechosa y acusada. Sin embargo, se obviaron u omitieron muchas cosas por el camino. Y, aunque el objetivo de la misión sea poner esto de manifiesto, Gurney siempre hace lo necesario para llegar al fondo del asunto...

Llegamos al cuarto número de la serie del detective Gurney, siguiendo la satisfactoria línea de los anteriores (os recuerdo que el primero, Sé lo que estás pensando, fue el que menos me gustó, pero el resto me resultaron muy gratos). El narrador no ha variado: describe la acción en pasado y tercera persona desde el punto de vista de David Gurney, por lo que puede mostrar sus pensamientos, sentimientos...
Entiendo lo que dicen en lo referente a la importancia de la relación de Gurney con su esposa: se nota que el autor cuida el vínculo que mantienen; en ocasiones, un poco complicada.  La verdad es que yo no sé si podría soportar como soporta Madeleine las situaciones a las que se expone Gurney...
El, en muchas ocasiones, insoportable Jack Hardwick también tiene peso en la trama, así como su contacto en el Departamento de Investigación Criminal, Esti (no estaría nada mal alguna que otra referencia a ella en próximas novelas).
Sin embargo, prácticamente todo el peso de la trama lo tiene nuestro querido Dave. Esto no hace que el ritmo sea más pausado; pese al número de páginas, esta novela se lee en un suspiro, de manera que se acaba enseguida. También hay que destacar que se nos introduce un poco más en el modo de enfocar la vida de Gurney y sus cargas morales (un capítulo muy interesante, por cierto).
La manera en que se presenta el misterio impide que se desarrolle como lo pueden hacer otras novelas policíacas en las que contamos con varios sospechosos y, a base de contradicciones, se dé con el culpable: aunque contamos con varias personas que podrían estar interesadas en la muerte de Carl Spalter, comenzamos a obtener poco a poco datos de la "herramienta" que se utilizó para acabar con él: un peculiar asesino a sueldo que hace las cosas a su manera... ¡y qué manera! El fin de libro lo dice todo.

No confíes en Peter Pan no es, en mi opinión, la culminación de la novela policíaca, pero es muy entretenida y os aseguraréis de que vais a pasar un buen rato. No aburre, se lee rápida y cuenta con mafiosos, policías corruptos, familiares que aspiran a heredar una gran suma de dinero... ¿Se retirará realmente algún día este detective? ¡A ver qué nos depara el quinto!

¡Saludos!

martes, 24 de junio de 2014

Las aventuras de la Princesa y el señor Fu


Título: Las aventuras de la Princesa y el señor Fu: La cosa de debajo de la cama
Título original: The Adventures of the Princess and Mr. Whiffle: The Thing Beneath the Bed
Guion: Patrick Rothfuss
Dibujo: Nate Taylor
Año de publicación original: 2010
 Fecha de esta edición: 2012
Editorial: Plaza&Janés
ISBN: 978-84-01-35342-0
69 páginas

Sinopsis de la contracubierta
Este no es un cuento para niños...
 "Érase una vez una Princesa que vivía en un castillo de mazapán."

Quizá ya sea un poco mayor para leer cuentos y disfrutarlos como si aún no hubiera cumplido una década de existencia. Sin embargo, si el autor de uno de estos es Patrick Rothfuss, seguramente la cosa tenga truco.
Existen un montón de advertencias acerca de que este es un cuento para adultos (lo es) y que no deberían leerlo los niños (no deberían). Es aparentemente inocente, los dibujos son bonitos y no lo componen muchas frases. De hecho, lo componen muy pocas si lo comparamos con El nombre del viento, jejeje.
No obstante, será inevitable llevarnos unas cuantas sorpresas antes de acabar Las aventuras de la Princesa y el señor Fu.

La parte inicial de esta historia nos introduce en el día a día de la Princesa y sus maneras de hacer pasar el tiempo. Quizá es la parte más larga en la que no ocurre nada de peso, pero podemos disfrutar de las bonitas ilustraciones, siempre en blanco y negro con sombreados, de Natt Taylor, y observar algún que otro detalle singular.
Sin embargo, una vez pasado ese tramo, se llega a uno de los tres finales de este cuento. La creación de tensión en el lector tal vez sea más simple que en el de una novela (unas pocas frases y unas ilustraciones con un estilo que encajaría en un bonito cuento) pero, al menos en mi caso, el lector se adapta a esa simpleza y enseguida empieza a sufrir por lo que podría pasar a continuación. Rothfuss no se corta y quiere hacérselo pasar mal hasta en tres ocasiones a sus lectores creando tres finales. Cada uno podría acabar con la historia de manera más o menos (¡mucho menos!) feliz, aunque el último final es el definitivo; cuando llegamos a uno de esos finales y continuamos la historia, el autor consigue que tengamos el corazón en un puño y casi nos dé un vuelco en cuanto pasamos la página.

Siento no ser más específico, pero la sorpresa merece la pena y sería una lástima que fuera yo quien os la desvelara. Yo ya no volví a abrir el libro de la misma manera una vez lo acabé por primera vez... La verdad es que es un cuento curioso y, siendo de quien es, no deja insatisfecho. Además, la edición está muy cuidada.
Y no lo olvidéis... ¡no es un cuento para niños!

¡Glups!