Título: Cibertormenta
Título original: Cyberstorm
Autor: Matthew Mather
Género: Ciencia ficción
Año de publicación original: 2013
Fecha de esta edición: 2014
Editorial: Ediciones B
ISBN: 978-84-666-5503-3
414 páginas
Sinopsis de la contraportada
Sinopsis de la contraportada
Mike Mitchell es un hombre corriente, con una vida corriente, que hace todo lo posible por mantener a su familia unida, cuando de pronto se encuentra luchando solo para mantenerla con vida cuando una extraña cadena de desastres empieza a destruir el mundo que los rodea. Internet se cae."—¿Crees que los abogados podrían detener esta tormenta de nieve? —se mofó Chuck.
La comunicación se desmorona. Una epidemia comienza a atacar a la población de manera embravecida. Hay rumores que apuntan a que todo forma parte de un plan de ataque coordinado que llevará al mundo a una guerra tecnológica. Mike y su familia se afanan por sobrevivir en medio de una metrópoli en la que millones de personas ya están condenadas.
Una tormenta de nieve monstruosa sume Nueva York en una oscuridad absoluta y helada, convirtiéndola en una tumba invernal en la que nada es lo que parece y no hay nadie en quien se pueda confiar…
Una representación aterradoramente realista de lo que sucedería en el caso de un colapso digital global. Un libro a la altura de las tramas de Philip K. Dick y William Gibson. Una novela asombrosamente adictiva, que atrapa y con la que comprendemos de una vez por todas cómo será aquello que nos puede suceder mañana mismo…
—La tormenta de nieve no, pero la cibertormenta quizá sí."
Tengo que admitir que, inicialmente, no esperaba escribir una reseña sobre este libro. Sin embargo, una vez empecé a leerlo me dio una agradable sorpresa, y decidí dedicarle unas palabras.
Cibertormenta nos sitúa en un Nueva York actual, a finales de año, bajo la mirada de Mike Mitchell, hombre casado y con un hijo pequeño, que no pasa por su mejor momento de su vida en pareja. Inicialmente, la novela nos muestra detalles de la vida cotidiana de Mike, presenta a sus amigos y sus temores. Conforme la historia va avanzando, empiezan a ocurrir cosas a las que, en su día a día, no les prestaría demasiada atención: en las noticias muestran un conflicto con un portaaviones chino, Internet empieza a ir un poco más lento... nada que le afecte directamente.
Al principio. Conforme pasan los días, algunos servidores de la red empiezan a fallar, al mismo tiempo que se aproxima una gran tormenta a la ciudad. Y la situación no parece que vaya a mejorar.
Esta novela está narrada en pasado y primera persona. Durante el comienzo de la historia vamos conociendo tanto al protagonista como aquellos que le rodean; no se hace aburrido en ningún momento y uno aprende lo suficiente de ellos como para que, cuando la situación cambia, nos concierna y suframos por lo que se ven obligados a afrontar.
El argumento, dividido en capítulos cortos, ofrece una lectura de ritmo ágil y amena que engancha al lector. A mi parecer, esto se debe a la estupenda ambientación: el autor, conocedor de asuntos de ciberseguridad, sabe ilustrar una gran ciudad y mostrar su decadencia cuando, poco a poco, las redes fallan, la tormenta arrecia y todo empieza a desmoronarse. La manera en que explica la caída de Internet y muestra la manera en que dependemos del cibermundo es digna de elogio, me pareció completamente verosímil el descenso de Nueva York al caos absoluto debido a lo automatizados que estamos.
Sin embargo, Mather no se limita a esto. Además, nos muestra de qué manera podría apañárselas para sobrevivir gente que podría vivir en la vivienda de al lado; los personajes que conducen la trama no me parecieron "forzados". No se alzan como héroes que con un chasquido de dedos resulven la situación, simplemente son personas que hacen trabajar su ingenio y, eso sí, saben cómo avituallarse, ya que existe el problema añadido de las temperaturas bajo cero.
Esta batalla por la supervivencia incrementa su tensión por momentos, y más cuando empiezan a surgir nuevos problemas al tiempo que disminuye el flujo de información. El lector no puede evitar involucrarse en la historia y, como los personajes, participar en la elaboración de teorías y preguntarse: ¿es un fallo del sistema? ¿Un accidente, o lo ha causado alguien? De ser así, ¿quién?
Además, Mather sabe retratar muy bien el comportamiento de la sociedad en una situación tan desesperada como esta, tanto la incertidumbre como la paranoia, de la que el lector se contagia inevitablemente al dar vueltas a unos cuantos temas... y lo que se produce cuando se corta la comunicación en la comunidad y las herramientas de control empiezan a fallar. Aunque, por suerte, siempre hay alguien que trata de mantener las cosas lo más estables posibles.
Los personajes me resultaron, en general, simpáticos. Algo arquetípicos, quizá, aunque creíbles y capaces de representar formas de enfrentarse a una situación desesperada como la que se relata. Mi única queja acerca de ellos es el escaso papel que se le da a las mujeres en esta aventura, ya que la mayoría del tiempo lo pasan cuidando de los niños o preparando cenas. Afortunadamente, esta pasividad se reduce de cara al final, aunque tampoco demasiado.
Disfruté mucho tanto la ambientación (que, repito, está muy bien conseguida: caos en la ciudad, sensación de aislamiento del resto de la civilización, desesperación de sus ciudadanos y siguientes actos) como las interesantes elucubraciones (como ya he dicho, el autor sabe del tema) sobre la libertad e intimidad en la red, y lo que el mundo físico depende en la actualidad de cibermundo. He pensado que, de aquí a diez años (posiblemente, menos), seguramente este libro pierda vigencia como, por ejemplo lo hizo El día de los trífidos, de John Wyndham. Tampoco voy a comparar a Mather con este autor y el impacto que causó, pero durante la lectura de las páginas de Cibertormenta pensé varias veces en la otra novela, ya que ambas idean un "fin del mundo" plausible, cada una en su época. Y con muy buenos resultados, como he podido comprobar; cada una fiel a su estilo, las dos resultaban reales.
En conclusión, Cibertormenta me ha parecido una lectura muy placentera, en la que se plantea un desastre que podría tener lugar. Mather dibuja un escenario creíble, con situaciones que podrían tener lugar en momentos de desesperación, sin tampoco recrearse. Uno no puede evitar reflexionar acerca de lo conectados que estamos, y los personajes actúan de manera verosímil, invitando al lector a preguntarse, junto a ellos, quién puede ser capaz de generar un cataclismo así.
¡Saludos!
Cibertormenta nos sitúa en un Nueva York actual, a finales de año, bajo la mirada de Mike Mitchell, hombre casado y con un hijo pequeño, que no pasa por su mejor momento de su vida en pareja. Inicialmente, la novela nos muestra detalles de la vida cotidiana de Mike, presenta a sus amigos y sus temores. Conforme la historia va avanzando, empiezan a ocurrir cosas a las que, en su día a día, no les prestaría demasiada atención: en las noticias muestran un conflicto con un portaaviones chino, Internet empieza a ir un poco más lento... nada que le afecte directamente.
Al principio. Conforme pasan los días, algunos servidores de la red empiezan a fallar, al mismo tiempo que se aproxima una gran tormenta a la ciudad. Y la situación no parece que vaya a mejorar.
Esta novela está narrada en pasado y primera persona. Durante el comienzo de la historia vamos conociendo tanto al protagonista como aquellos que le rodean; no se hace aburrido en ningún momento y uno aprende lo suficiente de ellos como para que, cuando la situación cambia, nos concierna y suframos por lo que se ven obligados a afrontar.
El argumento, dividido en capítulos cortos, ofrece una lectura de ritmo ágil y amena que engancha al lector. A mi parecer, esto se debe a la estupenda ambientación: el autor, conocedor de asuntos de ciberseguridad, sabe ilustrar una gran ciudad y mostrar su decadencia cuando, poco a poco, las redes fallan, la tormenta arrecia y todo empieza a desmoronarse. La manera en que explica la caída de Internet y muestra la manera en que dependemos del cibermundo es digna de elogio, me pareció completamente verosímil el descenso de Nueva York al caos absoluto debido a lo automatizados que estamos.
Sin embargo, Mather no se limita a esto. Además, nos muestra de qué manera podría apañárselas para sobrevivir gente que podría vivir en la vivienda de al lado; los personajes que conducen la trama no me parecieron "forzados". No se alzan como héroes que con un chasquido de dedos resulven la situación, simplemente son personas que hacen trabajar su ingenio y, eso sí, saben cómo avituallarse, ya que existe el problema añadido de las temperaturas bajo cero.
Esta batalla por la supervivencia incrementa su tensión por momentos, y más cuando empiezan a surgir nuevos problemas al tiempo que disminuye el flujo de información. El lector no puede evitar involucrarse en la historia y, como los personajes, participar en la elaboración de teorías y preguntarse: ¿es un fallo del sistema? ¿Un accidente, o lo ha causado alguien? De ser así, ¿quién?
Además, Mather sabe retratar muy bien el comportamiento de la sociedad en una situación tan desesperada como esta, tanto la incertidumbre como la paranoia, de la que el lector se contagia inevitablemente al dar vueltas a unos cuantos temas... y lo que se produce cuando se corta la comunicación en la comunidad y las herramientas de control empiezan a fallar. Aunque, por suerte, siempre hay alguien que trata de mantener las cosas lo más estables posibles.
Los personajes me resultaron, en general, simpáticos. Algo arquetípicos, quizá, aunque creíbles y capaces de representar formas de enfrentarse a una situación desesperada como la que se relata. Mi única queja acerca de ellos es el escaso papel que se le da a las mujeres en esta aventura, ya que la mayoría del tiempo lo pasan cuidando de los niños o preparando cenas. Afortunadamente, esta pasividad se reduce de cara al final, aunque tampoco demasiado.
Disfruté mucho tanto la ambientación (que, repito, está muy bien conseguida: caos en la ciudad, sensación de aislamiento del resto de la civilización, desesperación de sus ciudadanos y siguientes actos) como las interesantes elucubraciones (como ya he dicho, el autor sabe del tema) sobre la libertad e intimidad en la red, y lo que el mundo físico depende en la actualidad de cibermundo. He pensado que, de aquí a diez años (posiblemente, menos), seguramente este libro pierda vigencia como, por ejemplo lo hizo El día de los trífidos, de John Wyndham. Tampoco voy a comparar a Mather con este autor y el impacto que causó, pero durante la lectura de las páginas de Cibertormenta pensé varias veces en la otra novela, ya que ambas idean un "fin del mundo" plausible, cada una en su época. Y con muy buenos resultados, como he podido comprobar; cada una fiel a su estilo, las dos resultaban reales.
En conclusión, Cibertormenta me ha parecido una lectura muy placentera, en la que se plantea un desastre que podría tener lugar. Mather dibuja un escenario creíble, con situaciones que podrían tener lugar en momentos de desesperación, sin tampoco recrearse. Uno no puede evitar reflexionar acerca de lo conectados que estamos, y los personajes actúan de manera verosímil, invitando al lector a preguntarse, junto a ellos, quién puede ser capaz de generar un cataclismo así.
¡Saludos!